lunes, 3 de febrero de 2025

¿Drakukeo es una interpretación?... Sobre las palabras y su interpretación.

¿Drakukeo es una interpretación?... Sobre las palabras y su interpretación. 

Se ha tornado muy popular durante las últimas semanas un extracto del podcast español "The wild project" donde Kidd Keo, un cantante español, habla acerca de la canción con la inició su fama durante los años posteriores a la pandemia del Covid-19. Si bien, no vale la pena tratar sobre el contenido de su "obra artística", Kidd Keo hace un apunte digno tanto de los memes como de un serio análisis:

"¿Tú sabes lo que es drakukeo? drakukeo es una interpretación, porque si tú coges drakukeo y la sacas... drakukeo, el empalador… ¿qué empalo? la caliento, soy un radiador ¿qué caliento? le meto el dedo, dice por favor. ¿que? ¿eh?"

Si bien, puede parecernos un disparate e incluso una falta de respeto que según la explicités del contenido de la canción, el autor se atreva a decir esto, en el fondo (Muy en el fondo) se esconde una verdad cierta: Todo entender es un auto comprender.

Partamos de lo siguiente: Dentro de la filosofía existe una rama encargada de la interpretación de los textos, la hermenéutica. Dicha rama filosófica expone que un texto siempre tiene algo más que decir aparte de lo meramente expresado en primera instancia. De esta manera nos encontraremos con autores como Dilthey que nos va a expresar que para interpretar correctamente un texto debemos remitirnos a la historia y su contexto; o a Ricoeur que piensa que detrás de todo texto hay algo oculto que no sabemos. Sin embargo, para este caso en particular, nos guiaremos por el filósofo alemán Martin Heidegger y su hermenéutica existencial.

Para Heidegger la interpretación depende de nuestra existencia y la visión del mundo que tengamos. De esta forma, los textos, pero también las situaciones de la vida, las comprendemos desde nuestra propia experiencia, desde lo que sabemos previamente, hasta lo que sentimos. Por eso para un médico, la muerte es una experiencia biológica, mientras que, para un sacerdote, la muerte es un trascender. Misma situación, dos interpretaciones distintas. Ahora bien, ¿Que tiene que ver esto que expone Heidegger con lo expresado por Kidd Keo? Pues que evidentemente, Drakukeo si es una interpretación. Veamos:

Kid Keo, dice algo cierto cuando pone en duda el hecho de que ciertas palabras se refieran explícitamente a lo sexual. Todos comprendemos, por un lado, que la canción es obscena y sexual en si misma. Pero el problema va más allá: ¿Porque asociamos palabras simples con una connotación sexual, cuando solas transmiten algo totalmente diferente? A esto es a lo que se refiere Heidegger y que sin pretenderlo expone Keo.

Si realizáramos un experimento, poniendo a leer el verso a una persona mayor que no tenga conocimiento y experiencia del lenguaje moderno, su conclusión será que el verso no dice mas que cosas carentes de sentido. Posiblemente pensara: "¿Que tiene que ver un radiador con un empalamiento?" y si en su mente existe algo de maldad, lo primero que pensará es que se hable de una tortura y no de un acto sexual.

De esta forma, más allá de su contenido explicito, se interpreta la canción desde su índole sexual por el contenido existencial común de un grupo de personas. Lo que quiere decir que el nivel de interpretación del oyente es igual a contenido de la canción porque la experiencia de ambos se dirige al mismo sentido. Esto es, que interpretamos calentar como una palabra sexualizada, no porque la palabra en si misma sea sexual, sino porque la experiencia social y personal nos ha llevado a dicha asociación.

En fin, en conclusión: La interpretación va en doble sentido: en la intención del autor y la experiencia del lector, o del oyente, en este caso. Con lo que podríamos afirmar superficialmente que: la suciedad del autor y del texto depende, en gran parte, de la suciedad del lector u oyente.


sábado, 21 de diciembre de 2024

Mis traumas, mis chistes o la filosofia del payaso.

 Mis traumas, mis chistes o la filosofia del payaso

En el año de 1892 Ruggero Leoncavallo estrena su famosa opera titulada "I pagliacci" dentro de la cual se encuentra su aria más famosa: Vesti la giubba (Ponte el traje) donde Canio descubre que su esposa le es infiel antes de salir al escenario. Sin embargo, Canio recuerda que es un payaso y que debe salir, pues el show tiene que continuar. 

Actualmente existe una frase, surgida seguramente en alguna conversación entre amigos que se ha tornado muy popular al momento de entablar un diálogo sobre las cosas que nos duelen o que en algún momento nos han dolido: "Mis traumas, mis chistes". Frase que, aunque pueda parecer graciosa y superficial, esconde en el fondo una realidad necesaria para afrontar con madurez los constantes golpes de la existencia. 

Canio tiene un problema, su esposa, la mujer a quien seguramente más ha amado en su vida, le es infiel con el arlequín, los ha visto, se ha enterado de que su vida no vale nada para la persona que para él lo valía todo. Pero no se puede permitir llorar, porque él no es un hombre, él es un payaso, y tiene que salir, aunque tenga el corazón roto a alegrar el corazón de quienes quizás, ven en su show un motivo para sonreír. Esa es su vida, es nuestra vida. Solemos tener guerras internas, días tristes y momentos donde solo seguir es inhumano, como diría Albert Camus. Pero dentro de nosotros habita algo, que da la fuerza para continuar: la risa. 

 Es evidente que la vida en ocasiones parece tratarnos a los golpes. No entendemos cómo funciona, o simplemente muchas de las circunstancias no nos agradan. En ocasiones sentimos incluso que hemos tocado fondo como Canio. Reír, ver nuestra propia vida desde la perspectiva de un espectador que está disfrutando de una comedia, puede ser el inicio no solo de sanar, sino también de un nuevo comienzo. Reírnos de nuestras propias desgracias, de las situaciones incomodas en las que en ocasiones nos vemos envueltos, no representa un acto de inmadurez sino de profunda misericordia para con nosotros mismos, que en ocasiones solemos tratarnos como si no tuviéramos un valor intrínseco. Como Canio debemos mirarnos al espejo y redescubrir que dentro de nosotros habita "un payaso" que no puede quedarse encerrado en su camerino lamentándose, sino que debe salir al escenario y demostrar que nada puede sanar más que un buen chiste, que una graciosa tragedia convertida en anécdota. 

Casi al final del aria, que es todo un dialogo interior del mismo Canio, se recita: "Transforma en bromas la congoja y el llanto; en una mueca los sollozos y el dolor." Esto, parece un acto descarado y casi imposible de realizar, una petición simplista, fácil de decir, pero todo lo contrario de ejecutar. Sin embargo, Canio, al decirse esto, nos recuerda algo: La fuente de la felicidad, no proviene de fuera, no es la búsqueda externa de un sentimiento, al contrario, habita en nuestro interior como una actitud que podemos o no podemos tomar, no sin presentar dificultades, pero que siempre está ahí como una semilla que espera germinar. Transformar en bromas el llanto, puede ser el inicio del cambio que tanto esperamos ante una situación. Se trata entonces de asimilarlo, de asimilar el dolor y la decepción desde su realidad más sencilla: Es mi decisión si esto me afecta o no y si me afecta, ¿de qué manera permito que me afecte? Canio sale al escenario, sale a la vida. Sabe que su papel es brillar allí, no puede dejarse apagar por una decisión que no fue la suya. "¡Sal, en tu risa está el poder, ve!" se diría en minutos que parecieron horas. Sabía que solo él podía sanarse, y que la risa era su arma, porque la risa es el antídoto de toda enfermedad.

En la serie de HBO "The young Pope" en su capítulo final, cuando el papa ficticio Pio XIII realiza su discurso en Venecia ante un público serio y previo a que sufriera de un infarto, cita las palabras de la beata Juana, dando a conocer quién es y que hace Dios:

"(...)No importa respondió la beata Juana mientras agonizaba a los 18 años, y luego añadió al borde de la muerte con lágrimas en los ojos: “Dios no puede dejarse ver, Dios no grita, Dios nos susurra, Dios no escribe, Dios no escucha, Dios no charla, Dios no nos consuela. Y los niños le preguntaron: ¿Y qué hace Dios?   Y Juana respondió: “Dios sonríe”, y solo entonces todos entendieron. Y ahora os lo pido yo sonreíd, sonreíd… Sonreíd."


miércoles, 4 de diciembre de 2024

Del miedo a caer en la monotonía

 Del miedo a caer en la monotonía.

Uno de los problemas mas marcados en la actualidad en cuanto a las relaciones interpersonales, sobre todo aquellas que son románticas es la “monotonía”. Solemos decir: “¿y si me aburro?”, “Es que siento que todo es igual no es como al principio que todo era novedoso”, “Me aburro muy fácil, me canso siempre de lo mismo”. Esta “anti-monotonia” es quizá una de las causas por la cual muchas relaciones interpersonales, incluso laborales y amistosas han roto.  Pero ¿Qué tan cierto es que caer en la monotonía está mal? ¿Puede haber algo bueno en ella? ¿Es normal?

El ser humano es un ser que se mueve entre dos emociones: la tranquilidad y la euforia, curiosamente ambas son entendidas desde el punto contrario a su realidad, veamos: la tranquilidad es el sueño de todos, pero cuando se llega a estar tranquilo, es angustiante, porque la paz es semejante al hecho como si no estuviese pasando nada en la vida. La euforia, por el contrario, no es una emoción precisamente buena, ya que suele ser momentánea y al momento de terminar suele dejar un profundo sentimiento de vacío, pero curiosamente es lo que todos los seres humanos perseguimos.

¿Qué sucede entonces con la monotonía?

Solemos pensar la monotonía relacional como una sucesión de actos repetitivos carentes de emoción y euforia. Lo cierto, es que dicha concepción es un error.

Cuando hablamos de monotonía, realmente hablamos de actos cotidianos carentes de sentido, esto es, desprendidos de todo significado para mí. Ir a la escuela, por ejemplo, puede parecer algo monótono cuando hacerlo no significa nada para mi vida, cuando no hay una meta o cuando simplemente no me dejo sorprender por las novedades del día a día. En cambio, ir a la escuela a diario cobra sentido cuando sé que al hacerlo estoy cada día mas cerca de un sueño, o cuando comprendo que es el lugar donde voy a encontrarme con mis amigos para hablar de la vida.

Cuando solemos darles un sentido a los actos cotidianos repetitivos, convertimos la monotonía en un rito, y todo rito tiene sentido profundo y aunque parezca siempre igual, es siempre diferente, veamos: Cuando tenemos un grupo de amigos, podemos decir “todos los fines de semana saldremos a cenar” en primer lugar, es un acto repetitivo, sin embargo, cuando esas cenas cada ocho días, son la oportunidad para destrazarse de lo hecho en la semana, no hablamos de monotonía, hablamos de rito. Un acto repetitivo, con sentido y profundidad.

El miedo, no puede ser entonces a caer en la monotonía, el miedo debe ser caer en el sinsentido de lo que hago a diario, o peor aún, perderle el sentido y nublar el significado de alguien solo porque hace parte de mi cotidianidad. El rito, que es en lo que debemos convertir la monotonía, nos ayudará a comprender y a disfrutar de la tranquilidad que tanto esquivamos porque parece no decir nada y a evitar vivir de la euforia y la emoción pasajera que solo deja vacíos.

“el que elige la repetición ese vive de veras. No anda, como los niños, a la caza de las mariposas”

-Soren Kierkegaard – Filosofo Danés.  

sábado, 30 de noviembre de 2024

De la decadencia de la arquitectura y del hombre

 De la decadencia de la arquitectura y del hombre

Entendemos por minimalismo como aquella tendencia estética que busca la expresión de lo esencial eliminando lo superfluo. Hasta ahí, dicha corriente arquitectónica y artística surgida en estados unidos en 1960, se torna atractiva, incluso pareciese tener un toque filosófico al hablar de "eliminar lo superfluo para volver a lo esencial", el problema radica, cuando por un momento de lucidez, nos damos cuenta de que la arquitectura es el reflejo de la cultura y la cultura es reflejo del espíritu del hombre. Entonces, ¿Es el espíritu del hombre minimalista? y si lo es ¿qué problema hay?

Observemos por ejemplo el arte gótico desarrollado entre los siglos XII y XVI. Sus magnificas catedrales, decorosos puentes y elegantes castillos, dan cuenta de una pasión superior por parte de sus “arquitectos” y una visión más allá de lo que es el arte, como una elevación hacia lo divino. Si bien, aunque de su moralidad y ética no somos testigos, no podemos ignorar el hecho de que dichas construcciones hablaban de una tendencia hacia lo trascendente, hacia lo estéticamente bueno y bello. No en vano, quien entra a Notre Dame en París o a San Patricio en Nueva York, se exalta ante la belleza de los detalles de sus columnas y retablos. Allí habla un espíritu diferente, que no es temporal; habla una pasión intelectual novedosa a sus ojos, que sin embargo no es nueva.

Ahora bien, detengámonos un momento en la modernidad y más precisamente en su arquitectura de la que hicimos referencia al inicio. Al hablar de minimalismo arquitectónico y artístico, queramos o no tenemos que transportar dicha tendencia hacia lo intelectual y obviamente hacia lo espiritual. La sociedad, abstraída por el minimalismo, por el “menos es más”, como un ideal noble, ha desviado también a su cultura. Ahora no solo los edificios son minimalistas, sino también las personas: personalidades carentes de todo lo bello, carentes de contenido, carentes de sentimientos y empobrecidas emocionalmente, donde el sujeto no se ha vuelto esencial, como puede pensarse, sino simple y soso, carente de espíritu.

De todo ello, lo mas triste reside en que el ser humano no se encuentra capaz de volver a ser y a recrearse en lo bello y detallado, no le interesa cultivarse. Siente perder el tiempo y la vida, mientras gasta sus horas contemplando “la belleza de otros” que no es mas que la fachada gótica de un minimalismo interior.


¿Drakukeo es una interpretación?... Sobre las palabras y su interpretación.

¿Drakukeo es una interpretación?... Sobre las palabras y su interpretación.  Se ha tornado muy popular durante las últimas semanas un extrac...